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lunes, 14 de enero de 2013

NEGOCIANDO CON LOS JAPONESES



Japón es un país asiático situado entre el Océano Pacífico y el Mar de Japón.
Se trata de un archipiélago formado por más de tres mis islas, alcanzando  su superficie  377.873 metros cuadrados.
Cuatro son las islas más importantes: Hokkaido, Honshu, Shikoku y Kyushu (ordenadas de norte a sur). A 600 kilómetros de Kyushu se encuentra la isla de Okinawa, la quinta en orden de magnitud. Honshu es la isla principal de Japón y allí se encuentra la capital del país, Tokyo.

País: Japón
Capital: Tokyo
Superficie: 377.835 km2
Población: 126.771.662
Población estimada: en el año 2050 101.228.471
Lenguas: Japonés
Alfabetismo: 99% total
Religiones: Sintoistas, Budistas, Cristianos y otras
Expectativa de vida: Hombres: 77,62 años; mujeres: 84,15 años
Gobierno: Monarquía constitucional con un gobierno parlamentario
Moneda: Yen

PRÁCTICAS SOCIALES
·         En la forma de saludo, lo mejor es esperar a que ellos tomen la iniciativa. Con negociadores extranjeros suelen utilizar un apretón de manos. En ocasiones formales realizan una reverencia.
·         El trato es muy formal. Se llama a las personas por su apellido, precedido de Mr. o Mrs. Cuando ya se conoce a la persona, se puede utilizar el sufijo san -significa Señor- después del apellido: por ejemplo, Obuchi-san (Mr. Obuchi). Nunca se deben usar nombres propios.
·         En la conversación debe evitarse hablar de uno mismo o expresar opiniones personales de forma continuada. Los japoneses priman el grupo frente al individuo.
·         Guardar las apariencias es fundamental en la sociedad japonesa.
·         La armonía es el valor clave en la sociedad japonesa.
·         La armonía es la filosofía que guía a los japoneses en los entornos familiares, de negocios y en la sociedad en su conjunto.
·         El sistema educativo japonés hace hincapié en la interdependencia de todas las personas, y los niños japoneses no son criados para ser independientes, sino más bien trabajar en equipo.
·         La necesidad de relaciones armoniosas se refleja principalmente en el comportamiento del japonés.
·         Ellos hacen gran hincapié en la cortesía, la responsabilidad personal y en el  trabajar juntos por lo general, más que por el bienestar personal.
·         Los hechos desagradables los presentan de manera suave e indirecta.
·         Trabajar en armonía es el ingrediente fundamental para realizar un trabajo productivo.
·         Dado que los japoneses se esfuerzan por  la armonía y son dependientes del grupo,  para lograr esto se basan en la expresión facial, el tono de la voz y la postura para comunicar  lo que alguien siente.
·         A menudo, los mensajes no verbales más que la palabra hablada pueden tener varios significados.
·         El ceño fruncido mientras alguien está hablando es interpretado como una señal de desacuerdo.
·         La mayoría de los japoneses mantienen una expresión impasible al hablar.
·         Se deben tomar en cuenta  expresiones como dientes apretados,  inclinación de la cabeza, rascarse la parte posterior de la cabeza o rascarse la ceja.
·         Se considera una falta de respeto  mirar a los ojos de otra persona, en particular la persona  es un  superior  o es de más edad.
·         En situaciones de hacinamiento de los japoneses evitan el contacto visual para darse de privacidad.
·         Los saludos en Japón son muy formales y ritualizados.
·         Es importante mostrar el máximo de respeto y deferencia para con las personas de estatus.
·         Debe esperar a que se le presente. Puede ser visto como mala educación el presentarse uno mismo, incluso en una reunión.
·         Un visitante extranjero ("gaijin") puede inclinar la cabeza ligeramente, ya que nadie espera que los extranjeros entiendan los matices de inclinarse.
·         Los japoneses son muy respetuosos de la edad y el status de la persona.
·         Todo el mundo tiene un lugar distinto en la jerarquía, ya sea en  la unidad familiar,  en la familia numerosa, en lo social  o en los negocios.
·         En una reunión social, se sirve primero a la persona de mayor edad.
·         La entrega de regalos es muy ritualista y  tiene mucho significado.
·         La ceremonia de presentación del regalo y la forma en que se envuelve es tan importante - a veces más importante - que el propio regalo.
·         El regalo no tiene por qué ser caro, pero al hacerlo solicite que alguien lo asesore  para que le ayude a decidir que tipo de regalo dar.
·         Regalar chocolates de buena calidad o panes pequeños son buenas ideas.
·         No obsequie, lirios, camelias o flores de loto, ni flores blancas de cualquier tipo ya que estas flores se asocian con los funerales.
·         El mejor color para envolver un regalo es el tono pastel.
·         Los regalos no se abren cuando se reciben.
·         Es muy raro que un japonés lo invite a su casa, pero si es invitado, quítese los zapatos antes de  entrar y póngase las zapatillas que se ubican a la izquierda, dejando sus zapatos en dirección opuesta a la puerta.
·         Sea puntual si es invitado a cenar a lo menos con 5 minutos de retraso es aceptable.
·         Si es invitado a una reunión social, llegue un poco antes de la hora , aunque también la puntualidad es siempre apreciada.
·         A menos que se les ha dicho el evento es casual, vista como si fuera a la oficina.


Negociando con los japoneses

·         Son muy conservadores en la forma de vestir: trajes oscuros, camisas blancas, corbatas con pocos dibujos. En las reuniones de negocios, no se debe vestir ropa llamativa, ni ropa de sport, salvo que se venda moda.
·         Las tarjetas profesionales (meishi) son un elemento fundamental. Se intercambian al principio de la reunión y se considera un descortesía no ofrecerlas. Para entregarlas hay que usar las dos manos. Durante el tiempo que dure la reunión, las tarjetas deben dejarse encima de la mesa. No debe hacerse ninguna anotación en ellas.
·         Es bien mirado el tener un lado de la tarjeta traducida al japonés.
·         Asegúrese de que su tarjeta de visita incluya el título, para que  los  colegas japoneses sepan de su estatus dentro de su organización.
·         El uso del tiempo es absolutamente rígido. Las reuniones empiezan y terminan exactamente a la hora prevista. En cada reunión solamente se discuten los asuntos que se han acordado en la agenda establecida con anterioridad. No cabe la improvisación, ni la flexibilidad en los temas a tratar.
·         Las negociaciones comienzan a un nivel ejecutivo elevado y continúan con mandos intermedios. Hay que tener en cuenta que la persona que lleva el peso de la negociación no suele ser la encargada de cerrar los acuerdos. Con ello, tratan de no establecer compromisos hasta que no tienen una visión total de la propuesta. Por otra parte, el proceso de toma de decisiones está muy jerarquizado y se realiza por consenso (ringi).
·         El lenguaje es muy ambiguo. Un "sí" (hai) solamente quiere decir que se escucha y se comprende la propuesta, pero no indica aceptación. Se evita decir "no" (iie) directamente. Las preguntas deben ser concretas, pero abiertas, para evitar que contesten con monosílabos. Hay que darles tiempo para hablar, y respetar sus silencios.
·         En la mayoría de las negociaciones hay una persona del equipo negociador japonés que toma la iniciativa. Suele ser un mando intermedio, que conoce muy bien el mercado y los competidores y que profundiza en las negociaciones de precios y cifras. Una vez identificado, es esencial establecer una buena relación con él.
·         En la relación comercial, está muy extendida la costumbre de cenar en restaurantes o acudir a bares de karaoke. Hay que dejar que sean ellos los que inviten primero. Aunque estos actos sociales son más bien para estrechar relaciones personales, también se utilizan para hablar y profundizar en las relaciones de negocios.
·         En las comidas o cenas de negocios se hacen muchos brindis. Kanpai (¡Seca tu copa!) es el más usado. A cada brindis del anfitrión hay que corresponder con otro.
·         Generalmente, los japoneses no abren los regalos al recibirlos. Si los abren suelen ser bastante parcos en elogios, aunque esto no significa que no les haya gustado.
·         Infórmese previamente. Será necesario realizar una adecuada investigación de mercado para identificar en qué segmentos se posicionan sus productos y qué competidores tiene. Además, habrá que explorar los canales más adecuados de comercialización y la normativa aplicable a su producto. Debe estar convencido de que el mercado japonés es accesible y rentable pero también saber que es necesario realizar esfuerzos específicos, pues tendrá que superar la severa competitividad y exigencia que suele darse en este mercado que reclama lo mejor, la excelencia.
·         Adapte su producto al mercado local. Al consumidor japonés no sólo le interesa su producto, calidad y precio, sino que valora especialmente el aspecto externo y la presentación. Incluso el diseño del envoltorio se considera un elemento esencial.
·         Disponga de productos y servicios de muy alta calidad. Procure ganar la ventaja comparativa en las relaciones precio-calidad en cada uno de los segmentos del mercado. Ni las empresas ni los consumidores aceptarán productos de calidad mediocre. Los servicios asociados, especialmente los de entrega y posventa, deben efectuarse con absoluta escrupulosidad.
·         Cuide sus reuniones de negocios. Acuda a las citas siempre y con puntualidad, con sobrada información sobre su empresa, catálogos, etc. Detalles como las tarjetas de visita o los catálogos, al menos en inglés y si fuera posible en japonés, serán una prueba de su interés real en este mercado. Tenga en cuenta que mantener comunicaciones fluidas es una de las bases de los negocios en Japón.
·         Mantenga una visión a largo plazo. La gran importancia de la confianza mutua como base de los negocios, así como las dificultades intrínsecas del mercado japonés le obligan a estar presente en este mercado de manera continuada, a realizar un esfuerzo serio y sin interrupciones significativas. Una vez dentro, se trata de un mercado seguro y rentable.
·         Tenga presente la barrera del idioma. Contrate los servicios de un intérprete español-japonés. No todos los hombres de negocios japoneses hablan inglés y, aunque así sea, prefieren no utilizarlo, y conviene disponer de un traductor para poder discutir cómodamente los problemas más complicados. Sea consciente de que el coste de traducción y de los otros servicios adicionales a las negociaciones o a las reclamaciones no suele ser barato.
·         Busque un buen socio local. El sistema de distribución comercial japonés es especialmente complejo. Encontrar el socio adecuado, en un mercado donde la capacidad de controlar redes de distribución es vital e indispensable, resulta de suma importancia.
·         Sea paciente y perseverante. Una peculiaridad de la empresa japonesa es el proceso para la toma de decisiones: jerarquizado y por consenso. Por ello, el proceso de negociación puede alargarse durante un período innecesariamente largo, incluso desesperante, aunque ello no implica falta de interés por la otra parte. La ventaja final es que la decisión tomada por consenso es, en consecuencia, cumplida.
·         Apóyese en los instrumentos de promoción. Es muy importante utilizar los instrumentos normales de entrada en el mercado, principalmente ferias, misiones comerciales etc. A su vez, aproveche las ferias internacionales en terceros países en las que participe, para realizar contactos con empresas japonesas; esto le ayudará a buscar socios adecuados y a realizar visitas fructíferas a Japón.
·         Programe cuidadosamente sus acciones. Estudie los segmentos del mercado en los que le interesa introducirse y elija los canales de acceso y sus socios potenciales en consecuencia. Los japoneses tienen aversión a las sorpresas y la improvisación. Planifique para evitar cambios de rumbo innecesarios.
·         Proporcione información exhaustiva. Se la demandarán sobre sus productos y sus técnicas de producción. Le harán las mismas preguntas, o ligeras variantes de las mismas, infinidad de veces. También querrán visitar sus plantas e instalaciones y usted deberá facilitárselo. Si le proponen la introducción de modificaciones en la presentación de sus productos, recuerde que están ustedes en el mismo barco, y que ellos están más cercanos al cliente.

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